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  • Foto del escritorZacur Córdova Mesina

La persona que Dios proveerá para ti

Cuando llega el deseo de buscar a una persona porque anhelamos casarnos, es de vital importancia considerar las Escrituras. Ella nos da más que suficientes parámetros o características de una persona en la que podríamos fijarnos. A continuación, quisiera compartir algunos aspectos y luego invitarte a que reflexiones íntimamente frente a la biblia y en oración al Señor.


1. Una persona de la misma fe.

Leo 2 Corintios 6:14: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?".


La idea de «no os unáis en yugo desigual»está basada en Deuteronomio 22:9, en donde se prohibía unir con yugo a dos animales distintos. Habla de dos cosas que se unen que no debieran de estar unidas. Un yugo es una barra de madera que une dos bueyes el uno al otro y a la carga que tiran. Un equipo "en yugo desigual" tiene un buey más fuerte y uno más débil, o uno más alto y uno más corto. El buey más débil o corto camina más lento que el más alto o más fuerte, haciendo que la carga ande en círculos. Cuando los bueyes están en yugo desigual, no pueden realizar la tarea indicada. En vez de trabajar juntos, están en desacuerdo el uno con el otro.


Ahora bien ¿En qué sentido los corintios cristianos se unieron en yugo desigual con los incrédulos? ¿Cómo podemos hacer esto? Ciertamente, al casarnos con un incrédulo, es este el principio de aplicación más común de este pasaje. Leyendo un comentario bíblico con respecto a este versículo, lo comparto contigo: «Un hombre muy sabio y santo dio su juicio acerca de este punto: ‟Un hombre que realmente es piadoso, si se casa con una mujer que no se ha convertido, o se alejará hacia la perdición, o tendrá una cruz de por vida”. Lo mismo se puede decir de una mujer piadosa que se casa con un hombre que no se ha convertido. Tales personas no pueden decir la petición de la oración del Señor: ‟No nos metas en tentación”. Ellos se desploman por su propia cuenta».


Adicionalmente, Pablo quiere decir aquí mucho más que solamente casarse con un incrédulo. En realidad, este pasaje se aplica a cualquier ambiente en donde dejamos que el mundo influya en nuestra mente. Cuando estamos siendo conformados a este mundo, y no estamos siendo transformados por medio de la renovación de vuestro entendimiento (Romanos 12:2), entonces nos unimos con los incrédulos de una manera impía.


Esto habla especialmente del asunto de la «influencia». Pablo no está sugiriendo que los cristianos jamás se deban de asociar con los incrédulos (él pone esto en claro en 1 Corintios 5:9-13). El principio es que nosotros debemos estar en el mundo, pero no somos del mundo; de la misma manera que un barco debe estar en el agua, pero el agua no debe de entrar en el barco. Si el mundo nos está influenciando, entonces está claro que estamos unidos en yugo desigual con los incrédulos. Y este yugo desigual, o influencia impía, puede venir por medio de un libro, una película, un programa de televisión, una revista, o aun por medio de amigos cristianos carnales. La mayoría de los cristianos son bastante permisivos sobre las cosas que permiten que influencien sus mentes y vidas.


Algo que en lo que hemos sido arrogantes y orgullosos es en el hecho de pensar que podemos estar muy cerca de cosas impías y ser lo suficientemente fuertes para ser impermeables de su influencia. Pero debemos de tomar con suma seriedad lo que el Dios de la Biblia dice en su Palabra: «No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres» (1 Corintios 15:33). Debemos de regresar a la sencilla pregunta de Romanos 12:2: ¿Estás siendo conformado a este siglo, o estás siendo transformado por medio de la renovación de tu entendimiento?


Los corintios cristianos pensaban como las personas del mundo, no como personas piadosas. Ellos se ganaron esta forma de ver la vida —o al menos permanecieron en ella— debido a sus asociaciones impías. Pablo les dice que rompan esos yugos de compañerismo con lo impío y se vuelvan al Cristo de la gloria.


2. Una persona soltera.

La persona que Dios proveerá para tu vida nunca será alguien casado(a) ni tampoco una persona que está caminando en noviazgo, por el contrario, será una persona soltera.


He escuchado un montón de veces frases populares que se dicen en el mundo cristiano con respecto a este tema:

  • Es que yo siento que Dios me envió a esa persona.

  • Es que yo siento que esa persona es, aunque esté en pareja.

  • Es que yo siento que van a terminar o romper, Dios la restaurará, le sanará y está disponible para mi.

  • Es que yo siento que se equivocó al escoger, si me conoce a mi, desistirá de su noviazgo y me dará una oportunidad.

  • Etc.

Hermanos, esto es serio, realmente serio. Los labios que dicen estas declaraciones reflejan un corazón y una mente que no se están conduciendo por el saber o conocimiento de las Escrituras. Lo digo de otra manera, haz el siguiente ejercicio: Lee las tres epístolas de Juan y anota en un cuaderno cuantas veces aparece la palabra sentir, en todas sus formas gramaticales (sentir, siento,sintió, sentimos, sentíteis, sentirían, sintieron, etc.). Te darás cuenta que no aparece en ningún versículo esa palabra, sino que verás la palabra saber y conocer (en varias formas gramaticales, como: saber, sabemos, conocemos, conocéis, conocido, etc.). Te preguntarás por qué, bueno la respuesta es simple: El creyente debe vivir más por lo que sabe (convicciones bíblicas) y menos de lo que siente (emociones).


Juan dice:

  • 1 Juan 1:3 "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos." No dice en esto sentimos.

  • 1 Juan 1:12-13 "Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre." No dice sentís, ni sentido.

  • 1 Juan 1:14 "Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno." No dice sentido.

  • 1 Juan 1:18-25 "Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna." No dice en ningun versículo sentir y en sus formas gramáticas.

Y así también con el capítulo 2 y 3 de las cartas de Juan.


De manera que, ten mucho cuidado con esos "sentir" que te están guiando (engañadamente) a un(a) creyente casado(a) o en compromiso de noviazgo.


3. Una persona que es diligente en conocer las Escrituras.

No puedes amar a Dios sino lo escuchas por medio de la biblia. Es imposible que pretendamos, amados hermanos, amar al Señor sino le conocemos mediante un acercamiento sincero, humilde y diligente a las Escrituras. Pues ellas hablan de él, porque Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17). Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; (Juan 5:39). De manera que esa persona debe ser o anhelar ser diligente, esforzada e insistente en pasar todos los días y en cada momento que le sea posible tiempo con la Palabra. Pues, conocer el carácter, la escencia y atributos de aquel que nos llamó conducirá toda nuestra manera de vivir.


Creo que en este punto pudieramos profundizar mucho más, pero considero apropiado dejar este tema en específico para otro artículo.


4. Una persona que busca la oración.

Solemos explicar la oración diciendo que se trata de “hablar con Dios” cuando en realidad es más que solo eso.


Como dice un catecismo protestante:

“La oración es el ofrecimiento de nuestros deseos a Dios, en el nombre de Cristo, y por la ayuda de Su Espíritu; con confesión de nuestros pecados y reconocimiento agradecido de Sus beneficios (Sal. 62:8; Jn. 16:23; Ro. 8:26; Sal. 32:5, 6; Dn. 9:4; Fil. 4:6)”


El o la creyente que anehla y procura cultivar una vida de oración refleja un corazón en dependencia al Señor. Parte de la obra del Espíritu Santo es hacernos entender esta realidad. Él nos lleva a acercarnos a Dios en oración tratándolo como a nuestro Padre (Ro. 8:15-16; Gá. 4:4-5). Piénsalo: Cristo vivió en comunión constante con su Padre en oración (Mr. 1:35; Lc. 5:16; Mt. 26:36-39). Por tanto, si su imagen está siendo formada en nosotros (Ro. 8:29) y tenemos su Espíritu en nuestras vidas, vamos a caracterizarnos por orar o al menos desear hacerlo más.


5. Una persona que procura vivir en santidad.

Hay algo que me entristece pero también me preocupa, es el hecho de que muchos cristianos no están interesandos en cultivar una vida piadosa. Aunque no suele decirse, una vida piadosa es el resultado de un constante esfuerzo. Y esto se conecta muy bien con analogía que usa el apóstol Pablo refiriendose a la vida cristiana como una carrera que debemos correr. De manera que diriamente debemos tener la intención de crecer en piedad. Leo 1 Timoteo 4:7-8. “Pero nada tengas que ver con las fábulas profanas propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad; porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura”.


Hay muchos creyentes (entre ellos, yo) que anhelamos una persona para casarnos, pero hay algo que puede detenernos o estancarnos: Una vida en pecado, lejos de la santidad. De manera que esa persona debe procurar y esforzarse día a día en apartarse del pecado en el poder de Cristo. Ahora bien ¿Cómo conectamos esto con lo anteriormente tratado? Leo 1 Corintios 10:31, que dice así: “Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquiera otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Por lo tanto, como creyentes, todo lo que hacemos debe tener un denominador en común: la gloria de Dios. Este debe ser el catalítico para nuestra vida de piedad. Una persona que no busca una vida piadosa es un peligro inmediato y futuro para una vida matrimonial.


6. Una persona que testifica del Señor.

Quisiera leer tres versículos:

  • Marcos 16:15-18 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

  • Mateo 28:19-20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

  • Hechos 1:8 pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

La obediencia a la Palabra de Dios abarca muchas cosas, de entre todas ellas, el evangelismo, testificar de Cristo, compartir del evangelio de salvación. Alguien que no está procurando cumplir con esta gran comisión revela un corazón que no está del todo comprometido con la obra del Señor. Muy probablemente se deba al olvido de que el infierno es real, de que la gente del mundo va a condenación eterna y que Dios ha dejado la responsabilidad a los creyentes de dar a conocer al salvador del mundo.


Una persona que no está interesando en lo más mínimo con testificar de Cristo revela una corazón egoísta, falto de amor y compasión por las almas, además de la pereza y comodidad.


7. Una persona que anhela servir al Señor.

Dios ha capacitado a todos los creyentes para servirle. Nadie que no ha nacido de nuevo puede servir al Señor, el mundo no sirve al Señor, se sirve a sí mismo.


Cuando yo creo el Espíritu Santo me bautiza en Cristo ohacia Cristo. Leo 1 Corintios 12:13, dice así: Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.


La preposición en debe y puede entenderse como hacia. es decir, el Espíritu Santo me sumerge en Cristo hacia la formación de un cuerpo. Ahora, introducidos en Cristo recibimos una nueva vida. Cuando el Señor habla de nuevo nacimiento, de la respuesta de fe hacia el evangelio, cuando el apóstol Pablo habla al carcelero de Filipos, él dice en Hechos 16:31 lo siguiente: Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.


Ahora ¿Qué es ser salvo? Jesús dice: y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano (Juan 10:28).


La vida eterna no es posible para el hombre. El hombre es limitado y tiene existencia temporal. Hemos nacido, hemos venido a la existencia en un tiempo determinado de la historia. Por tanto, lo que el hombre tiene en su máxima expresión es perpetuidad, pero no eternidad. Pero Cristo dice: Les doy vida eterna.


Solo Dios tiene una vida eterna. De manera que el Espíritu Santo me une a Cristo, leo 2 Pedro 1:3-4, que dice lo siguiente: "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;"


Por lo tanto, la vida de Dios se me comunica en esencia y naturaleza en lo que dios puede comunicarme. Pregunta ¿Tengo vida eterna? Sí. ¿Tengo la vida de Dios en mí? Sí, pero nunca seré omnipotente ni omnisciente, porque son atributos privatidos de la Deidad. Pero ¿Puedo amar? Sí, porque Dios es amor (1 Juan 4:7). ¿Puedo ser justo? Sí, porque Dios es justo.


Entonces, la vida de Dios se me comunica por Cristo y en Cirsto para que yo viva conforme a la naturaleza divina. Es por esto por lo que, al nacer de nuevo, al morir a la ley quedas libre de la atadura de la ley y del reino de la muerte en Adán, para unirte por siempre, de manera perpetua y eterna a Cristo y al reino de la vida, una vida en abundancia en el segundo Adán.


Esto es lo que Pablo habla en los versículos 15 al 23 del capítulo 6 de Romanos y más específico aún, en el capítulo 7 del verso 1 al 6.


Y aquí viene otro problema ¿La naturaleza de Dios exige que Dios sea Rey de reyes y Señor de señores? Sí. ¿La naturaleza divina exige que Dios tenga un trono y esté sentado en su trono? Sí. Ahora bien, ¿La naturaleza divina exige que Dios sea esclavo? no, pues ahí está el gran problema: El Dios de la gloria se hace hombre para ser esclavo y servir. De manera que la esclavitud y el servicio del creyente está asociado a la obra de Dios. De tal que el Dios de la biblia me da una nueva orientación para que tenga una nueva comprensión. Leo 2 Corintios 5:14-15, que dice lo siguiente: Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.


El apóstol Pablo también dice en 1 Tesalonicenses 1:9 lo siguiente: "porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,". De manera que el servicio está vinculado a la razón de ser del creyente. Cristo te compró por precio de sangre para que le sirvas.


Es por esta razón que también quise explayarme para abordar la raíz de este punto. Es de vital importancia que aquella persona en la que te estás fijando o te llegues a fijar o interesar tenga esto claro y esté sirviendo al Señor diligentemente, o por lo menos anhelarlo ya sabiendo lo anteriormente dicho.

8. Una persona que se esfuerza por la comunión con los hermanos.

Para este punto considero muy apropiado citar algunos extractos de un artículo que he leído.


Los cristianos crean todo tipos de excusas para huirle al mandato de no dejar de congregarnos (Hebreos 10:24-25).


Algunos creen las mentiras de la sociedad secular, que dice que la iglesia no es necesaria y que nosotros mismos podemos ser las autoridades de nuestras vidas. Otros rechazan la institución de la iglesia porque líderes han abusado del poder. Otros dicen que pueden encontrar a Dios en lugares como la naturaleza o haciendo sus pasatiempos favoritos. Para otros, no piensan mucho en la iglesia porque no entienden su importancia para nuestras vidas espirituales y como testigo público.


Es triste ver la actitud de muchos cristianos que evitan la iglesia, especialmente al pensar en hermanos y hermanas en necesidad que hacen grandes sacrificios para congregarse. Oí una vez de un pastor que alquila un autobús para los servicios de su iglesia. Pero no es para traer a más personas al edificio de la iglesia: el autobús es su edificio, y la iglesia da vueltas por la ciudad para evitar a la policía y la persecución.


Desafortunadamente, para muchas personas en lugares más cómodos, la iglesia no es una prioridad. Cosas como dormir, los partidos de fútbol, Netflix, o las vacaciones son la prioridad.


Cuando evitamos la agenda de Dios y al pueblo de Dios, cosechamos las consecuencias. Si ya estás involucrado en una iglesia, que estas verdades te recuerden de todas las bendiciones que disfrutas a través de su cuerpo. Si no lo estás, que te pueda servir de aliento y advertencia.


50 cosas que pierdes

  1. Te pierdes de obedecer el mandato de no dejar de congregarte (Hebreos 10:24-25).

  2. Te pierdes de amar a Dios con tu obediencia, y por resultado, el experimentarlo más profundamente (Juan 14:21).

  3. Te pierdes de amar a Jesús amando a su esposa por la cual dio su vida (Efesios 5:25-27; Hechos 20:28).

  4. Te pierdes de escuchar la Palabra de Dios proclamada, y el crecimiento espiritual que vendría de ello.

  5. Te pierdes de escuchar aplicación de la Palabra de Dios a tu vida, tu comunidad, y tu cultura (1 Corintios 2:5; 2 Timoteo 4:1-2).

  6. Te pierdes el aprender cómo leer la Biblia mejor por ser instruido por personas con dones divinos de enseñar y predicar.

  7. Te pierdes la oportunidad de estar equipado para discernir doctrinas engañosas y peligrosas que niegan o cambian el evangelio (Efesios 4:11-14).

  8. Te pierdes de animar a otros hacia el amor y las buenas obras, y también recibir el ánimo que otras te pueden dar (Hebreos 10:25).

  9. Te pierdes de usar tus dones para edificar al cuerpo de Cristo para la gloria de Dios (1 Pedro 4:10-11; Efesios 4:11-14).

  10. Te pierdes la oportunidad de beneficiarte de los dones de otros creyentes (1 Pedro 4:10-11; Efesios 4:11-14).

  11. Te pierdes de beneficiarte de los líderes que Dios te ha dado (Efesios 4:11-14; Hebreos 13:7).

  12. Te pierdes el someterte a los líderes que Dios te ha dado, y por consecuencia, de someterte a Dios mismo (Hebreos 13:17).

  13. Te pierdes de ser pastoreado a través de los gozos y dificultades de la vida (Santiago 5:13-14; 1 Pedro 5:1-2).

  14. Te pierdes el aprender de y seguir el ejemplo de tu pastor (1 Timoteo 4:12; Hebreos 13:7; Tito 2:7).

  15. Te pierdes el rendir cuentas por tus acciones a través de la disciplina de la iglesia, que es la disciplina de Dios (Mateo 18:15-17).

  16. Te pierdes de ministrar a otros con tu presencia, es decir, animar a otros por tu presencia y compromiso al pueblo de Dios (Hebreos 10:24-25; Hechos 4:32-33).

  17. Te pierdes de estar capacitado para la obra del ministerio y el fruto que tal capacitación produce (Efesios 4:11-14).

  18. Te pierdes de dar y recibir oración para crecimiento personal y necesidades personales (Santiago 5:16).

  19. Te pierdes las bendiciones de la oración grupal y la instrucción que viene de escuchar las oraciones de otros (1 Timoteo 2:1-2; Hechos 6:1-6).

  20. Te pierdes el cuidar de los pobres como cuerpo de Cristo, o el recibir cuidado necesario (Hechos 11:29; 2 Corintios 8:4; 1 Juan 3:17).

  21. Te pierdes el servir a otros, quitando tu enfoque de ti mismo (Romanos 12:9-13).

  22. Te pierdes estar en el centro de la voluntad de Dios, la cual es revelada más mientras lo obedecemos y renovamos nuestras mentes en su verdad (Proverbios 3:5-6; Romanos 12:1-2; 1 Tesalonicenses 5:15-18).

  23. Te pierdes de celebrar el evangelio a través del bautismo (Romanos 6:4; Mateo 28:19).

  24. Te pierdes la participación regular de la Santa Cena para unirte con creyentes a través de la historia para celebrar la obra salvadora de Cristo y su reino venidero (1 Corintios 11:23-26).

  25. Te pierdes de la ministración de “los unos a los otros” entre hermanos y hermanas en Cristo (Juan 13:34-35; Efesios 4:12; Romanos 12:10-16; Gálatas 5:16; etc.)

  26. Te pierdes el cantar alabanzas a Dios con la iglesia de Cristo (Colosenses 3:16).

  27. Te pierdes el demostrar la unidad del evangelio al hacer amigos con personas diversas en un mundo dividido por raza, nacionalidad, clase económica, y lengua (Efesios 2:11-22; Efesios 4:3; Santiago 2:1; Apocalipsis 5:9).

  28. Te pierdes el hablar la verdad en amor a otros creyentes que creen o practican doctrinas que no son bíblicas (Efesios 4:15-16).

  29. Te pierdes de dar gozo al Señor como su pueblo reunido (Sofonías 3:17; Salmos 149:4).

  30. Te pierdes de regocijarte al ver a personas creer en Cristo y abrazarlos como hermanos (Hechos 16:5).

  31. Te pierdes de invitar amigos y familiares que no son creyentes a la iglesia para escuchar del Cristo que salva (Mateo 28:18-20; Colosenses 4:5).

  32. Te pierdes de aceptar a otros como Cristo te ha aceptado (Romanos 15:7).

  33. Te pierdes el experimentar cómo el amor de Dios es perfeccionado a través de su cuerpo (1 Juan 4:12).

  34. Te pierdes el recibir la ayuda que la Palabra de Dios, el Espíritu de Dios, y el pueblo de Dios te dan para crecer en madurez cristiana (2 Timoteo 3:16-17; Salmos 19:7; Efesios 4:11-14).

  35. Te pierdes de experimentar el Espíritu Santo morando en la comunión de la iglesia (2 Corintios 13:14).

  36. Te pierdes el recibir recordatorios de tu identidad y posición en Cristo (2 Corintios 5:17; Tito 3:3-7).

  37. Te pierdes ser influenciado por hombres piadosos y mujeres piadosas que aman a Jesús más que el mundo, y la oportunidad de influenciar a otros (Tito 2:1-8).

  38. Tierdes ver cómo Jesús, la cabeza de la iglesia, obra a través de su cuerpo para llevar a cabo su misión en el mundo (Efesios 5:23; Colosenses 1:18).

  39. Te pierdes de amistades cercanas con personas que invocan al Señor con un corazón puro (2 Timoteo 2:22).

  40. Te pierdes recordatorios de vivir una vida centrada en Dios, enfocada en sus planes para el mundo y tu papel en ellos (Efesios 1:3-7; Efesios 3:9­-10).

  41. Te pierdes de entender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura, y la profundidad del amor de Cristo (Efesios 3:18).

  42. Te pierdes la oportunidad de dar a Dios ofrenda de lo que te ha dado (2 Corintios 9:6-8).

  43. Te pierdes la oportunidad de que la Palabra de Cristo more en ti en abundancia por cantos, himnos, y canciones espirituales (Colosenses 3:16).

  44. Te pierdes de compartir los sufrimientos de Cristo por llorar con los que lloran y llevar las cargas de otros (2 Corintios 1:3-5; Romanos 12:15; Gálatas 6:2).

  45. Te pierdes de dar a conocer la infinita sabiduría de Dios a los principados y potestades en los lugares celestiales a través de la iglesia (Efesios 3:9-10).

  46. Te pierdes el potencial de recibir el llamado al ministerio (1 Timoteo 4:14; 1 Samuel 3).

  47. Te pierdes el enseñar a otros, en palabra y hecho, cómo seguir a Cristo (Tito 2).

  48. Te pierdes el recibir ayuda al luchar contra el pecado y ayudando a otros a luchar contra pecado (1 Pedro 2:11; Santiago 5:16; Gálatas 6:1-2).

  49. Te pierdes el apoyar a misioneros como iglesia (Filipenses 4:16-17).

  50. Te pierdes ver cómo la iglesia es edificada y fortalecida cuando cada miembro del cuerpo funciona como debe, madurando el cuerpo y edificándolo en amor (1 Corintios 12:12-20; Efesios 4:16).

Hay mucho más que puedo añadir… esta lista solo sirve para empezar.


La idea central: Por el diseño perfecto de Dios, nosotros necesitamos la iglesia.


Cuando Jesús apareció a Saulo en el camino a Damasco, no dijo, “¿Por qué persigues a mi iglesia?” Dijo Jesús, “¿Por qué me persigues?” (Hechos 9:4). Jesús se identifica tanto con la iglesia que un ataque a su cuerpo es un ataque a Él.


Podría ser que Jesús mismo te esté diciendo no solo, “¿Por qué evades a mi iglesia?” sino también, “¿Por qué me evades a mí?”


Mi deseo no es forzar reglas legalistas a los lectores; al contrario, quiero despertar a los que están perdiendo una relación abundante con el Señor por causa de evadir a su cuerpo. En lugar de ser algo que evitar, la iglesia es una bendición grande de la mano de Dios, y debemos amarla y regocijarnos en ella.


5 maneras de responder

  1. Confía en Jesucristo. Jesús murió en la cruz para reconciliar rebeldes con Dios el Padre y crear un pueblo santo para sí mismo. Cree en Él y su plan para ti, lo cual incluye a la Iglesia.

  2. Estudia para tener una perspectiva bíblica de la Iglesia. Te recomiendo que leas Efesios, porque Pablo explica los propósitos gloriosos de Dios para la Iglesia y da sentido a por qué Dios nos manda a no dejar de congregarnos (Hebreos 10:24-25). También puedes escuchar un mensaje llamado “Pasión de la Iglesia” por Sugel Michelén.

  3. Si no asistes a una iglesia saludable que predica la Biblia, busca una.

  4. Involúcrate. Comprométete a una congregación buena, involucrándote en un estudio bíblico, o incluso pidiendo que un creyente más maduro te enseñe en la verdad. Tal vez esto es lo que necesitas para superar dudas o debilidades que impiden tu crecimiento espiritual.

  5. Ora que el Señor te guíe acerca de cómo participar en una iglesia y usar los dones que te ha dado para bendecir a otros y edificar la iglesia.

Creo que ha quedado claro que esa persona debe procurar la comunión con el cuerpo de Cristo.


(https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/50-cosas-que-pierdes-cuando-no-vas-a-una-iglesia/)


9. Una persona que busca amar y temer al Señor.

Leo Romanos 12:2, dice así: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.


Cuando el apóstol Pablo comienzo diciendo os ruego nos recuerda que Pablo apela a nuestra voluntad. Dios nos llama a hacer una elección en cuanto a la forma en que vivimos para Él. Así también, Por las misericordias de Dios nos recuerda que hacemos esto debido a la misericordia que Dios nos mostró (descrita bien en Romanos 1-11), y que solamente tenemos la habilidad de ofrecernos a Dios mientras Él obra Su misericordia en nosotros.

Dios nos manda que hagamos esto, y lo hace posible para nosotros.


Mientras que los paganos e impíos son propensos al sacrificio para obtener misericordia, la fe bíblica enseña que la misericordia divina proporciona el fundamento del sacrificio como la respuesta apropiada.


Quisiera llevarte a pensar en todas las misericordias de Dios que el apóstol Pablo a explicado en todos los capítulos anteriores de la carta a los Romanos:

  • Justificación de la culpa y la pena del pecado.

  • Adopción en Jesús e identificación con Cristo.

  • Puestos bajo la gracia, no la ley.

  • Dando al Espíritu Santo que more en nosotros.

  • Promesa de ayuda en toda aflicción.

  • Aseguramiento de estar posicionados en la elección de Dios.

  • Certeza de una gloria venidera.

  • Confianza de no estar separados del amor de Dios.

  • Confianza en la fidelidad continua de Dios.

A la luz de toda esta misericordia pasada, presente y futura el apóstol Pablo nos ruega que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo. De manera que esa persona debe procurar, anhelar y esforzarse por cada día presentarse como un sacrifío vivo, agradable al Señor. No pienses ni por un segundo que la persona que no ama ni teme al Señor te amará a ti conforme a las Escrituras. Es más, el pondrá sus anhelos y deseos carnales y egoístas por sobre tus convicciones bíblicas, al punto de que esa persona no te impulsará a ser como Cristo.


10. Una persona que sea atractivo(a) para ti.

Sí, así es. Ningún matrimonio de creyentes que he conocido ha dicho que su esposo(a) no era atractivo desde la primera vez que lo vio. Claro, ha habido excepciones en los que uno de los dos no consideraba a la otra persona del todo atractivo en primera instancia, pero eso cambió. De manera que, debe ser una persona que sea atractivo para ti físicamente. Y este punto quise colocarlo al final, no porque sea algo insignificante, por el contrario, es algo a considerar, pero no debe ser este punto el motivo por el cual decidas o no estar con un creyente en el que su diario vivir refleja los nueve puntos anteriores. Creo que ha quedado claro este último aspecto y no es necesario profundizar más.


Por lo tanto, mis queridos lectores, mis queridísimos hermanos, yo te aliento a reconsiderar los estándares y aspectos en los que te estás basando para buscar, anhelar y esperar a esa persona por la que tanto oras. Dios es fiel en contestar cada una de nuestras oraciones, sean un sí, un no o un espera, pero siempre las responde. Mientras esperamos que ese amor sea despertado procuremos Mas buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mateo 6:33).


Si estás preocupado en este tiempo de espera el Dios de la Biblia nos llama a considerar lo siguiente:


  • Filipenses 4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

  • 1 Pedro 5:7 Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

  • Isaías 41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

  • Salmos 46:1-2 Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar;

  • Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Coloca estas grandes, verdaderas y eternas verdades bíblicas en algun lugar visíble, en tu lugar que dedicas para leer las Escrituras y orar, de manera que puedas tenerlos siempre presentes.


Si ya has conocido a un o una creyente que te ha llamado la atención, pero estás en proceso de sanidad debido a diversas circunstancias vividas, espera en el Señor, procura servirle y él se encargará según sea su voluntad y tiempo en despertar el amor en aquella persona.


Que la bendita gracia y la participación del Espíritu Santo sea con todos vosotros hasta que Cristo venga. ¿Amén? Bien, Dios bendiga su Santa y Eterna Palabra.

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