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  • Foto del escritorZacur Córdova Mesina

Esdras 2:36-70 | Mas el Dios de toda Gracia

Abro la Biblia en el libro de Esdras capítulo 2:36, y leo así:

Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, (RVR 1960)

Los que volvieron, no necesariamente lo hicieron porque buscaran fortuna. No todos eran gente pobre que anduvieran buscando un futuro más prometedor. Sabemos que muchos eran siervos o esclavos. También tuvieron suficiente para dar generosamente para la construcción del Templo.


Este era el tiempo en que los judíos volverían a su tierra, porque Dios lo había prometido y lo está cumpliendo. Además, con esto se preparaba el escenario para el nacimiento de Cristo, en Belén, y para el establecimiento del reino en Jerusalén. La mayoría de los cautivos en realidad no estaban volviendo a Judá, ya que nunca habían vivido en la tierra de Palestina, y esto es porque nacieron en Babilonia, ya en cautiverio. Los que tenían más de setenta u ochenta años pudieron haber vivido en Judá, y haber sido llevados cautivos a Babilonia, y haber vuelto a Judá en ese momento, con recuerdos de la vida que habían vivido anteriormente. La mayoría de los que estaban volviendo lo estaban haciendo por fe, estaban viajando a una tierra que jamás habían visto. Lo único que sabían de ella era lo que les habían contado.


En la iglesia de Cristo hay tantas personas, de diferentes rasgos y edades, niños y adultos, jóvenes y ancianos. Muchos ya han vivido en experiencia propia lo que significa creer en la Palabra de Dios y servir en Su Obra ante toda adversidad que se presente en la vida.


La vida cristiana es por fe. La Biblia en 2 Co 4:17-18, dice así:

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. (RVR 1960)

Es mi oración que el Dios de Gracia nos ayude, y como Iglesia de Cristo trabajemos en Su Obra como Un Solo Hombre. Porque el Dios que puede hacer esta gran obra en nuestras vidas ciertamente es digno de alabar.


Necesitamos dar pasos de fe cuando Dios nos llama para servirle. Él estará con nosotros y proveerá todo lo que necesitemos. Debemos confiar y descansar en aquel quien nos llamó.


Que Dios bendiga su Palabra y tome aliento vuestros corazones, mis queridísimos hermanos.


Amén.

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