Zacur Córdova Mesina
Esdras 2:1-2a | Las promesas de Dios y su poder ante los desafíos
Esdras 2:1-2 | RVR 1960 Los que volvieron con Zorobabel (Neh. 7.5-73) 1 Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad; 2a los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana.
Como puedes ver, esta lista comienza nombrando a Zorobabel y a Jesúa, la pregunta que me hago es ¿Por qué? Bueno, creo que esto es una manera de reafirmar el cumplimiento de Su promesa, una muestra de Su Gracia y Poder para llevar a cabo Su Obra,
Mira:
En primer lugar, Zorobabel era nieto o bisnieto de Joacim (1 Cr.3:16-19); fue el último rey davídico y un antepasado de Jesús (Mt 1:12). Por tanto, Zorobabel era heredero directo al trono de David. Y yo recuerdo las palabras en el libro de profeta Jeremías:
Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel (Jer 33:17 | RVR 1960).
En segundo lugar, Jesúa o Josué, (Hag 1:1 - Zac 3:1), era descendiente directo de la línea sacerdotal de Aarón, y por ende, sería el primer Sumo Sacerdote después del destierro. Y nuevamente recuerdo las palabras en el libro de Jeremías:
Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días (Jer 33:18 | RVR 1960).
El Dios de la Biblia ha preservado tanto el linaje de David como la línea sacerdotal de Aarón, ha cuidado al grupo de retornantes durante el viaje, ha provisto ofrendas y recursos, y no olvidemos que rescató todos los utensilios del templo.
Todo listo para comenzar a trabajar en la Obra de Dios e iniciar la reconstrucción del templo, la Casa de Dios.
Estoy seguro que Zorobabel estaba pensando en los pasos a seguir al llegar y asentarse en la ciudad en ruinas. Y al igual que muchos hombres de Dios, que se sintieron abrumados ante las grandes demandas de Dios, Él, en su gracia y amor, conociendo el corazón de sus hijos, viene a nuestro encuentro y nos recuerda: Yo Soy. No tú, Yo, se trata de mí.
No iba a ser tarea fácil dirigir una Obra teniendo gente con distintos caracteres, edades, afinidad y empatía, pensamientos y emociones. Y a todo esto, los enemigos de Israel al saber que se estaba reconstruyendo la ciudad y el templo, no tardarían mucho para ponerse en pie y oponerse.
Zorobabel debería enfrentar este desafío fijando su vista en el Dios de la Omnipotencia.
Ahora, yo te pregunto ¿Cuántas veces no dormimos y estamos inquietos durante el día, preocupados, pensando en cómo resolver todos los problemas que hay en la Iglesia? ¡Recuerda, por favor, amado hermano, qué es lo que dice Dios! «Yo edificaré Mi Iglesia» (Mt. 16:18).
No importa cuantos recursos tengas, no importa la estrategia que tengas en mente para que la iglesia crezca, recuerda esto: La iglesia no es técnica humana, es Obra Divina.
Es mi oración que muchos de los llegaron hasta aquí leyendo esta breve reflexión, vengan al Señor en arrepentimiento y fe, y en oración le digan: No yo, Tú, Señor. Quiero descansar en tí, sabiendo que yo soy solo un canal, un instrumento en tus manos que usas para llevar a cabo tu obra. Y así, amado lector, puedas experimentar: la Paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Fil 4:7).
Que Dios bendiga su Palabra, a su iglesia y a su pueblo Israel. Amén.