Zacur Córdova Mesina
Esdras 1:7-11 | Dios rescata lo que ha sido profanado.
Abro la Biblia y leo el libro de Esdras 1:7-11, que dice:
7 Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses. 8 Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá. 9 Y esta es la cuenta de ellos: 10 30 tazones de oro, 1.000 tazones de plata, 29 cuchillos, 30 tazas de oro, otras 410 tazas de plata, y otros 1.000 utensilios. 11 Todos los utensilios de oro y de plata eran 5.400. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén. (RVR 1960)
Dice el texto bíblico que el rey Ciro rescató los utensilios del templo de Jerusalén ¿Correcto? Sí, pero la pregunta que debemos hacernos es ¿Cómo llegaron los utensilios a Babilonia? Pues, es una gran historia. Resulta que en aquellos días, Nabucodonosor, el rey de Babilonia, se llevó todos los utensilios del templo al finalizar exitosamente su campaña militar de conquista tomando la última ciudad fortificada en pie, Jerusalén. Al morir Nabucodonosor, su hijo y posteriormente su nieto ascienden al trono.
Pasaron los años y una noche el rey Belsasar (nieto de Nabucodonosor), hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino. Durante la fiesta, Belsasar pierde el control de sí mismo, y en su embriaguez, manda a traer los vasos de oro y de plata que era del templo de Jerusalén, y en ellos beben el rey y los mil invitados que estaban con él. Pasaba el rato y seguían bebiendo y riendo.
Y en aquella noche, el rey Belsasar tiene una visión, y ninguno de sus sacerdotes y sabios es capaz de descifrar su significado. Aquí es donde entra en escena el profeta Daniel. Y éste, rechazando toda recompensa que el rey le había ofrecido a cambio de la interpretación de la visión, Daniel le revela (por parte de Dios) que su reino ha llegado a su fin. Y esto debido a tres cosas:
No humilló su corazón ante el Señor, sino que se ensoberbeció.
Profanó los vasos de la Casa de Jehová al beber él, sus mujeres y concubinas.
Dio alabanza a sus dioses que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está su vida, y cuyos son todos sus caminos, nunca honró (libro de Daniel 5:23 | RVR 1960).
Al instante, Belsasar le puso como tercero al mando del reino como había prometido hacerlo si le revelaba el significado de la visión. Y para sorpresa suya, en esa misma noche en la que estaban en plena fiesta bebiendo, el ejército Medo-Persa invadió la ciudad sin resistencia alguna. Y este fue el fin del magnífico imperio Babilónico.
Hoy, al leer el capítulo 1 de el libro de Esdras y el capítulo 5 del libro de Daniel, sabemos cómo Ciro rey de Persia se hizo con los utensilios para devolverlos a los sacerdotes y levitas llevándolos al templo que reconstruirían.
Graves consecuencias pagó Belsasar por profanar lo que era Santo en la Casa de Jehová, utensilios únicamente para el servicio en el templo y adoración al Señor, Dios de Israel.
Querido lector(a), El Dios de la biblia nos ha dado todas las herramientas y "utensilios" para usarlos en Su Obra, tales como: dones y talentos, vida y salud, tu cuerpo, tus fuerzas, tus emociones y tu intelecto. Yo te pregunto ¿Qué estás haciendo con ellos? ¿Los usas exclusivamente para gloria y honra de Dios? ¿O estás bebiendo vino con ellos para tus propios deleites?
Un día rendiremos cuenta ante Él sobre cómo trabajamos y utilizamos los dones y talentos que Él nos dio.
Es mi deseo que el Señor nos ayude y su Espíritu Santo nos asista, nos impulse y seamos siempre alentados y confrontados por la Palabra a usar lo que Dios nos ha dado (utensilios) para trabajar y servir en su obra, para gloria y honra de su nombre.
Amén, que Dios bendiga su Palabra y a su pueblo Israel.