Zacur Córdova Mesina
Esdras 5:1-2 | Dios va al encuentro de su pueblo para animarles y se reinicia la obra.
Tan pronto como se diera la orden de cesar la construcción se produce una sacudida en la estructura persa. Cuando Cambises muere, cerca del Monte Carmelo (posiblemente se haya suicidado), un pariente lejano llamado Darío va en contra de Guamata y asume el control del imperio en el año 522 a.C. Darío se mueve rápidamente para hacer un esfuerzo y controlar su reino tambaleante, y crea un código de leyes que deberán promulgarse en todo su imperio. No es, pues, de sorprender que bajo circunstancias que pronto ocurrirán Darío sea receptivo a una petición del pueblo de Israel para que le permitiera continuar con la obra en el templo. El asunto surge cuando los profetas Hageo y Zacarías desafían la orden anterior del rey.

Hoy, vamos a avanzar al capítulo 5 del libro de Esdras y leeremos los primeros dos versículos.
Esdras 5:1-2 Reedificación del templo 1 Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas, a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre del Dios de Israel quien estaba sobre ellos. 2 Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban. (Reina-Valera 1960)
Las palabras del profeta Hageo hacia los exiliados que regresaron fueron registradas en el Antiguo Testamento en el libro que está bajo su nombre. El corazón y eje central de su profecía se comunica en Hageo 1:2-10.
Algo que me llama mucho la atención es que estos dos profetas (Hageo y Zacarías ) no aparecieron en una manifestación social judía ante el rey persa, ni mucho menos en un renacimiento religioso,sino que su aparición tuvo lugar en medio de una gran depresión entre los exiliados.
Mira, veamos algo brevemente, no quisiera tentarme y desviarme del texto central pero creo que es necesario para entender un poco más, leamos Hageo 1:2-10, que dice así:
Hageo 1:2-10 Un llamado a reconstruir el templo 1 El 29 de agosto del segundo año del reinado del rey Darío, el Señor dio un mensaje por medio del profeta Hageo a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote: 2 «Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: el pueblo alega: “Todavía no ha llegado el momento para reconstruir la casa del Señor”». 3 Entonces el Señor envió el siguiente mensaje por medio del profeta Hageo: 4 «¿Por qué viven ustedes en casas lujosas mientras mi casa permanece en ruinas?». 5 Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren lo que les está pasando! 6 Han sembrado mucho pero cosechado poco; comen pero no quedan satisfechos; beben pero aún tienen sed; se abrigan pero todavía tienen frío. Sus salarios desaparecen, ¡como si los echaran en bolsillos llenos de agujeros!». 7 Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren lo que les está pasando! 8 Vayan ahora a los montes, traigan madera y reconstruyan mi casa. Entonces me complaceré en ella y me sentiré honrado, dice el Señor. 9 Esperaban cosechas abundantes, pero fueron pobres; y cuando trajeron la cosecha a su casa, yo la hice desaparecer con un soplo. ¿Por qué? Porque mi casa está en ruinas, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, mientras ustedes se ocupan de construir sus elegantes casas. 10 Es por causa de ustedes que los cielos retienen el rocío y la tierra no produce cosechas. (Nueva Traducción Viviente)
En esta lectura, podemos ver que el profeta Hageo reprendió al pueblo por su actitud hacia la reconstrucción del templo. Ellos dijeron: Todavía no ha llegado el momento para reconstruir la casa del Señor. Al decir esto, el pueblo hizo que su excusa se escuchara algo más espiritual. No podían hablar en contra de la idea de reedificar el templo, así que hablaron en contra de su tiempo. Aun no es el tiempo de Dios de reedificar el templo. ¿Y sabes por qué dijeron eso? Porque en el reinado de Artajerjes se dio orden de cese a la obra de reconstrucción, el ánimo del pueblo se desplomó y sumiéndose en depresión. Al cabo de varios años, la gente empezó a acostumbrarse y a pensar en sí misma, a ocuparse de sus propios proyectos personales, en sus proyectos de vida, como construir sus casas y alrededores. Vivieron tanto tiempo así que practicamente llegaron a un nivel en que no se inmutaban cuando veían la casa del Señor aún no terminada. Muy probablemente malezas, raíces, enredaderas y plantas comenzaron a apoderarse de las columnas, muros y puertas del templo. De manera que, el pueblo se acostumbró a una nueva normalidad, y Dios al ver que su casa no estaba siendo reconstruida él acorraló a su pueblo, es decir, trajo sequía, hambruna, incendios, enfermedades, etc, etc, etc. El libro de Hageo contiene cuatro mensajes muy importantes que, Dios mediante, veremos cuando finalicemos este maravilloso libro de Esdras.
Pero, bien, continuemos. Algunas de las profecías de Zacarías también están registradas para nosotros en el libro de Zacarías. Las profecías de Hageo eran mensajes para que regresaran rápidamente a la construcción del templo; las profecías de Zacarías iban directamente a la condición espiritual de los exiliados que habían regresado de Babilonia.
Con respecto al nombre de Zacarías, significa El Señor Recuerda, y es el nombre adecuado para un profeta de restauración ¿Verdad? Este profeta fue llamado a animar y movilizar al pueblo de Dios para cumplir la obra que ellos comenzaron, pero que perdieron el impulso para terminarla. Él los animó directamente diciéndoles que Dios tiene cuidado de ellos, así también manteniendo la presencia del Mesías en sus mentes, el que vendrá. Y algo que me gustó mucho fue saber que Zacarías trabajaba con sus colegas, notablemente Hageo, Zorobabel y Esdras, no solo eran profetas y maestros de la ley (como Esdras) sino que cuando vieron la necesidad del pueblo se arremangaron y se pusieron a trabajar. No había espacio para siervos holgazanes, que solo les gusta hablar, profetizar, el púlpito, sin ensuciarse y machacarse las manos con palas y piedas cuando la ocasión lo requiere. Entonces, Zacarías les avisó de las consecuencias de abandonar la obra de Dios y se enfatizó en que Dios quiere hacer una obra a través de Su pueblo. Leyendo un comentario muy acertado a este versículo:
Si la única información que tuviéramos fuera la de Hageo, podríamos concluir que en lo único que Dios se interesaba era el templo. Zacarías nos da el resto de la historia, y demuestra como Dios se interesa en las vidas, y no en los edificios.
Bien, que más podemos ver en estos dos primeros versículos, dice el texto: y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban (vs. 2). ¿Te das cuenta? El ser maestro de la ley como Esdras, no justificaba ni lo exentaba de dejar sus libros para tomar herramientas e ir ayudar. Obviamente, Esdras era mayor que Zacarías, así que tampoco pienses que Esdras y Hageo levantaron rocas como la de las piramides de Egipto, sino que ayudaron acorde a sus fuerzas y edad. Tres generaciones tomando iniciativa y ensuciando sus manos en la obra de Dios, así debe ser también en la iglesia de Cristo. Así que, desde ahora en adelante, nunca más vuelvas a ver a Esdras, Hageo y a Zacarías como siervos de Dios que se dedicaron solo a profetizar mientras el pueblo sudaba trabajando en la reconstrucción, por el contrario, su trabajo fue más que hablar (de parte de Dios) sino que se involucraron en la obra gruesa.
Algo más, toda esta historia de verdad que parece de películas ¿Te preguntarás por qué? Pues mira, Darío llegó al trono en tiempo de conflicto y dificultades en la política Persa. Por consecuente, los judíos de Jerusalén comenzaron la obra sin recibir ningún permiso de él, e hicieron todo esto cuando él estaba demasiado ocupado peleando por su trono como para atender los problemas de un pueblo chico y distante. Ahora bien, puede que digas: Hicieron mal, porque no debieron reaundar la obra sin el permiso del rey, desafiaron a sus autoridades; pensamiento elocuente, pero no del todo válido, porque el permiso del rey lo tenían, incluso quedó escrito en los registros de los reyes Persas; Ciro El Grande dio el decreto y quedó escrito que tenían el permiso de volver, iniciar y finalizar la reconstrucción del templo en Jerusalén. Ahora, podrías preguntarte ¿Ya, pero qué va a pasar cuando Darío se de cuenta que reaundaron la reconstrucción del templo y están a poco de finalizar? Calma, calma, Dios tiene todo planificado. Por ahora, el grupo de exiliados debía atender la voz de Hageo y Zacarías (que era la voz del Señor), meditar en lo mal que hicieron durante todo este tiempo, dejando abandonada la Casa del Señor y tomar una determinación: Seguir viviendo para sí mismos o abandonar la prioridad de sus intereses personales para tomar la reconstrucción de la Casa de Dios como la misión más importante, ser partícipe de la obra de Dios y poder ver como la gloria de Dios es manifiestada una vez más ante todos los pueblos y el imperio más grande de ese tiempo, los Persas.
Hoy, el Dios de la Biblia viene a nuestro encuentro para preguntare a tí y a mi: ¿Qué estás haciendo? ¿Cuál es tu prioridad? ¿Estás viviendo para tus propios intereses mientras Mi Casa está desolada? Ante las dificultades que se presentaron en la obra de Dios, ¿Abandonaste la reconstrucción de Mi Casa para construir tu propia casa, mientras la Mía estaba llenandose de maleza y polvo, a medio construir?
Oh, mis amados hermanos, mis queridísimos lectores, necesitamos levantarnos de nuestra comodidad, rendir todo sentimiento de nostalgia de tiempos antaños ante el Señor y en el poder de su Palabra levantarnos para trabajar en la ¡Obra de Dios! ¡Y pon atención a esto: La reconstrucción de la Casa de Dios en Jerusalén NO será exclusivamente para ellos (los judíos), sino para TODO EL MUNDO!
Mira lo que Salomón dijo cuando construyó el primer templo e hizo la ceremonia de Dedicación:
1 Reyes 8:41-43 41 »Si los extranjeros, los que no pertenecen a tu pueblo Israel, saben de tu nombre y vienen a conocerte 42 (pues muchos sabrán de tu grandeza y de tu gran poder), y llegan a invocar tu nombre en este templo, 43 escúchalos desde los cielos, desde el lugar donde habitas, y trátalos según el motivo por el que te invocan, para que todos los pueblos de la tierra te conozcan y te honren, como lo hace tu pueblo Israel, y reconozcan que tú escuchas las oraciones que se hacen en este templo que construí para ti. (Reina-Valera 1960)
Muchos extranjeros se sumaron a la reconstrucción del templo porque era un gran testimonio que los exiliados estaban dando cuando, unidos como un solo hombre y con un mismo propósito trabajaban en la obra de Dios. Pues, hoy la responsabilidad de cada uno de nosotros, tuya y mía es dar a conocer a este Dios del Cielo (Esdras 1:2).
Deja de construir tus casas artesonadas (Hageo 1:4 LBLA) y ven a ser parte de los que reconstruyen la Casa del Señor. Ven a trabajar en su obra, hay lugar para ti y para todo aquel que quiera.
Mis queridísimos hermanos, que el Dios de la Biblia nos ayude y nos aliente, nos impulse a tomar una determinación: servirle, porque él ha de venir pronto.
Ánimo, nos vemos pronto en un nuevo capítulo de esta serie: Esdras - El Dios que Restaura y Alienta. Tengan todos ustedes muy buenas noches.
Amén.